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¡Así vivimos el Día del Medio Ambiente!

  • Comunicandonos
  • 20 jun
  • 2 Min. de lectura

Cuando celebramos fechas cívicas, siempre buscamos que, más allá de solo recordar, quede un aprendizaje significativo que sume a nuestras acciones cotidianas, incluso en los pequeños detalles. Además de recordar su importancia, el Día del Medio Ambiente nos invita a cuidar cada área verde que rodea nuestra ciudad de Nuevo Chimbote, promoviendo una educación en felicidad y educación en afecto, donde todos podemos aportar.


Esta vez, como estrategia disruptiva, las aulas quedaron atrás para dar paso a una experiencia vivencial distinta: una feria ambiental organizada por el área de ecología de la municipalidad distrital de Nuevo Chimbote, pensada especialmente para nuestros estudiantes.


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Desde los más pequeños de Inicial hasta los de Educación Primaria y Secundaria —acompañados por el consejo estudiantil—, todos participaron en un recorrido lleno de color, juegos y aprendizaje.


Los stands los invitaban a pensar, a participar y, sobre todo, a descubrir cómo cada uno puede ser un agente de cambio en el cuidado del planeta, integrando el aspecto emocional dentro de su formación académica, al empatizar con la situación ambiental.

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Uno de los espacios más animados fue el del dado gigante. Cada lanzamiento traía una pregunta sobre el medio ambiente. ¿La recompensa por cada respuesta correcta? No solo premios, sino también la felicidad y motivación que da el aprender jugando, en una dinámica innovadora que fortalece el conocimiento mientras divierte.



En otro stand, los estudiantes conocieron el programa EDUCA, donde aprendieron cómo separar correctamente los residuos y la importancia de reciclar. Muchos se sorprendieron al descubrir lo sencillo que puede ser aportar desde casa con pequeños gestos. Este tipo de actividades muestran cómo el aprendizaje significativo surge cuando se conectan los contenidos con la vida diaria.


El juego de memoria ambiental también fue uno de los favoritos. Con concentración y rapidez, los estudiantes buscaban los pares de imágenes. Los ganadores se llevaron un premio muy especial: su propia planta para cuidar en casa, un símbolo tangible de su compromiso ambiental, fortaleciendo el aspecto emocional del aprendizaje.


En conclusión:

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La mañana transcurrió entre juegos, aprendizajes y premios, convirtiéndose en una jornada única donde el mensaje fue claro: cuidar el planeta puede ser una experiencia vivencial divertida y enriquecedora. Al final, muchos se fueron del parque no solo con su planta en la mano, sino con una convicción nueva: el cambio empieza por uno mismo.










 
 
 

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